La fuente de radiación no siempre es conocida con precisión como en el caso de un reactor nuclear o de una fuente calibrada sino que la propia fuente se va generando durante el uso de la instalación y de acuerdo al calendario y modo de operación de la misma. Es el caso de las instalaciones experimentales con presencia de neutrones en gran cantidad (aceleradores de alta energía, experimento ITER). Aquí el principal problema no es la dosis en el exterior de la instalación, que esta rodeada de gruesos muros, sino la entrada de los operadores y del personal de mantenimiento tras la parada del equipo. Esto es debido a la activación, es decir, la generación de núclidos radiactivos como Cobalto 60 por efecto de los neutrones presentes durante la operación.
La problemática es muy diferente a la encontrada en los problemas de blindaje pues la fuente de radiación es muy dependiente de la geometría (conducción a través del propio tubo de vacío del acelerador), del orden de las capas de blindaje y de las impurezas de los materiales metálicos (el cobalto es inevitable en los aceros y en todas las aleaciones con níquel) y constructivos (componentes del hormigón y su armazón).